¿Qué es lo último en límites de vertederos?

Arlene Karidis | 03 de enero de 2017

Las tapas de los vertederos desempeñan un papel fundamental en la gestión de residuos, lo que conlleva beneficios operativos y, en ocasiones, generadores de ingresos. Controlan los lixiviados y los olores, reducen las emisiones y facilitan la captura de gases. Como parte del sistema de gestión de gas, en particular, los límites son especialmente decisivos durante el cierre de las celdas y pueden afectar los resultados de los operadores que aprovechan el gas de vertedero para producir combustibles.

Mientras tanto, las tecnologías mejoradas están aumentando su valor y practicidad, incluidas aplicaciones desde tapas de geomembrana temporales expuestas hasta un sistema llamado ClosureTurf. Cada uno tiene características únicas que aportan nuevos beneficios o refuerzan los existentes. También tienen un denominador común; Por lo general, todos requieren menos mantenimiento que las tapas de suelo tradicionales.

Los vertederos envejecidos afectan los sistemas de contención.

“A medida que los residuos se degradan, los vertederos se asientan y las concentraciones de lixiviados cambian. Estamos aprendiendo cómo estos factores afectan los límites y cómo se comportan. Y estamos aprendiendo qué cambiar para lograr una mayor eficiencia”, dice Michael Stubbs, presidente de la firma de ingeniería Hodges, Harbin, Newberry and Tribble en Macon, Georgia.

El diseño de la tapa del vertedero es específico del sitio, dependiendo de la función requerida del sistema, siendo la región clave. Por ejemplo, un sistema de suelo de una sola capa suele ser suficiente en climas secos, mientras que en climas húmedos se requiere un diseño de suelos y geosintéticos de múltiples capas. Las barreras compuestas aprovechan las propiedades de ambos tipos de materiales: la impermeabilidad de la geomembrana y la capacidad del suelo para evitar grandes filtraciones a los desechos.

La industria está descubriendo que, mientras que para pendientes intermedias las capas de suelo tradicionales controlan adecuadamente las aguas pluviales, los olores y los lixiviados, las geomembranas son más eficientes.

“Las tapas de geomembrana están mejorando drásticamente el control de olores y disminuyendo aún más la generación de lixiviados. Previenen la sedimentación y la erosión en el área que cubren, lo que significa menos mantenimiento de las pendientes y evita la instalación de controles adicionales de aguas pluviales”, dice Stubbs.

Estas estructuras sintéticas son a veces temporales y eventualmente reemplazadas por una cubierta final. El límite temporal permite la recuperación del espacio aéreo. Cuando el vertedero se asienta, los operadores simplemente retiran la membrana y recuperan ese espacio.

Las tapas temporales expuestas no son económicas. Pero la inversión normalmente puede eventualmente recuperarse mediante mejoras en la eficiencia operativa, según Stubbs.

"Estamos viendo más sistemas que incorporan tapas de geomembrana temporales y estamos aprendiendo que, al instalarlos por adelantado, compensamos los gastos al reducir el mantenimiento a largo plazo".

Las tapas temporales de geomembrana tienen posibles inconvenientes. Puede haber requisitos de permisos adicionales y algunos estados esperan que los operadores participen en un proyecto de demostración, ya que estos productos son bastante nuevos.

Otro sistema nuevo que está atrayendo la atención de la industria es ClosureTurf. Con una geomembrana, una capa de drenaje y césped artificial encima, este producto de marca cubre permanentemente el vertedero para contener los residuos, controlar las emisiones de gases y gestionar la escorrentía de aguas pluviales. Se vende como alternativa a la portada final del subtítulo B.

A algunos de sus primeros usuarios les gusta su atractivo estético: mientras que los sistemas de cobertura tradicionales tienen áreas que no tienen buena vegetación, lo que resulta en manchas desnudas y marrones, ClosureTurf proporciona una cobertura del 100 por ciento. Y la superficie de césped artificial dura décadas.

“ClosureTurf no es común en este momento. Es un producto nuevo, por lo que [como suele ser el caso con las geomembranas expuestas] los estados pueden requerir proyectos de demostración. Creo que ganará más aceptación a medida que los reguladores se sientan más cómodos con ellos, a medida que los vertederos aprendan cómo pueden adaptarse a las operaciones y a medida que los ingenieros adquieran más experiencia en su diseño e instalación”, dice Steve Menoff, vicepresidente senior de Asuntos Civiles y Ambientales. Consultores en Pittsburgh.

Los materiales están marcando la diferencia, especialmente en lo que respecta a su capacidad para resistir el estrés. Los compuestos de bentonita y polímero se encuentran entre los que han demostrado ser eficaces para permitir que las tapas resistan los elementos naturales y sintéticos agresivos.

“Las capas interactúan con la atmósfera, como lo hacen en la superficie. Cuando esto sucede, hay una fluctuación entre lo húmedo y lo seco, y entre el congelamiento y el descongelamiento, lo que puede ser destructivo. Pero estamos descubriendo que al incorporar materiales como estos en las tapas, se vuelven resistentes tanto a las condiciones atmosféricas como a muchos ambientes químicos agresivos”, dice Craig Benson, decano de Ingeniería de la Universidad de Virginia en Charlottesville, Virginia, y consultor en gestión de residuos. .

Todas las tapas requieren cierto mantenimiento, uno de los mayores gastos de dinero y tiempo de los operadores de vertederos.

La industria aún no conoce con certeza los requisitos de mantenimiento de las nuevas alternativas a las cubiertas tradicionales. Los productos no han existido por mucho tiempo. Pero con sus conocidos problemas de mantenimiento, principalmente relacionados con la erosión y las características de drenaje, las cubiertas de suelo tradicionales probablemente resulten más difíciles que las alternativas más nuevas, dice Menoff.

Más información sobre formatos de texto